jueves, 12 de febrero de 2009

Debut y bienvenida

Entramos al monumental con los sentimientos a flor de piel. Era el segundo superclásico que nos tocaba vivir. El primero había sido empate. Nos sentamos en buenos lugares. Desde la platea San Martín alta empezamos a corear los cánticos que venían de la popu. Pocas FIESTAS en el mundo se deben sentir como esta. Acaso un recital de Joaquín a cielo abierto se le puede parecer. Millones de corazones revoloteaban sobre el césped y algún avión sobrevolaba sobre el cartel luminoso. Y llegó la doce de un lado y los borrachos del otro y al estadio le salieron alas y el avión que aterrizó en aeroparque casi ni se vió. Los jugadores pisaron el escenario y la mitad de la Argentina se quedó sin respiración. La otra mitad sufrió de taquicardia. Cavenaghi para el menor de los Husain y el monumental era un samba sin control. Battaglia de cabeza primero, y un brasilero del orto después, oscurecieron el cielo. Aunque no me olvidé nunca de aquella tarde, fue una tarde para el olvido.

Restaban 15 minutos para terminar. El pescado ya estaba vendido. El Hachita agarró la redonda en la mitad de la cancha y al igual que toda la tarde la perdió de inmediato. Un barbudo empapado en ira saltó de la fila de atrás. Y llevándose las dos manos a la boca para simular un megáfono, aturdió en tono porteño: DESSSSASSSSTRE LUDUEÑA, . . . DESSSSASSSSTRE !!! . . . los esputos llegaron hasta la platea baja.

El Domingo pasado corrí un triatlón en la mágica ciudad de Allen. Con Diego Schimchirimini y Adrián Christiani nos animamos a las tres vayas. Mi rendimiento fue deplorable y el del Gringo anduvo por ahí cerca. La parte de nado la hizo Diego. Este personaje llegó a mi vida cuando mi vida era futbolera. El tenía la 13 de Camisinha. Yo vestía la 19. Los números no tenían que ver con el puesto ( menos mal ). Jugaba atrás ( a veces iba al arco, a veces de nueve ) y era, al igual que los once restantes, una pieza fundamental en el motor violeta que a la postre nos llevara a ser Bicampeones de la máxima categoría en la liga Universitaria.

El Domingo pasado debutó junto a Kakambas en esto de llegar o llegar. En el arroyón de la isla municipal dio su primer paso. Correntada abajo iba junto a otros nadadores que lo dejaban atrás. Su nado era similar al de Carl Lewis ( nótese que Carl no nada, corre ). Lo pasaron hasta las algas. Lo bueno del flojo rendimiento de Diego era que no desentonaba en lo mas mínimo con el resto del equipo. Unas piedras en el camino le suspendieron la braceada. Con el agua a las rodillas salió al trote suave. Algunos metros mas tarde volvió a zambullir su humanidad. Los pescadores que estaban a la orilla del río aseguraron que creció el nivel del agua. En el parque cerrado lo esperaba Adrián para salir a pasear con la mtb. En el parque cerrado ya no quedaban mtb´s. De pronto salió del agua un monstruo con cara de demacrado. Se sacudió la lama que no le quedaba tan mal y con el último esfuerzo le entregó el chuflo verde ( testimonio ) al gringo. Mientras Diego intentaba recuperar aire y Adrián se perdía lentamente en el horizonte, me pareció ver un barbudo empapado en ira, qué saltó de atrás de las vallas de contención y llevándose las dos manos a la boca, y sin esputos aturdió:
DESSSSASSSSTRE SSSCHIMCHIRIMINI, . . . DESSSSASSSSTRE !!!

2 comentarios:

Adrián dijo...

Como ya he dicho antes, lo importante es participar y hacer nuevos amigos, por eso, como miembro adoptivo de kamabas le doy la bienvenida a Diego a éste gran grupo kakambero.-
Excelente tus palabra Pablo, como siempre.-

Andrés dijo...

Estoy de acuerdo contigo Adrian, Dieguito, demostraste una vez mas que querer es poder, espero que sigas por este camino.
Un abrazo