Sin ganas de seguir viaje empezamos a deambular como felinos hambrientos en derredor a la tropilla de yeguas que hacían caso omiso a la presencia de nuestras garras cada vez mas estériles. Cuando uno nace para Cantinflas, nunca llega a Casanova. Sin embargo. Inesperadamente, la noche dio un vuelco importante. Una potranca posó sus ojos sobre nuestro as de espadas y el cielo se empezó a abrir.
- Chicas miren que lindo gaucho !!! anunció una de ellas a setenta y cinco voces. El revuelo fue infernal. El Carli nos convirtió en banca y en un par de segundos la luz de esperanza nos encandiló. - Fotos con el gaucho, fotos con el gaucho !!! . . . La lluvia de flashes lo empaparon. Con Adrián y Andrés esperábamos la sobra. Los planes cambiaban lentamente. El Coronel Suarez se aburrió de mate y se fue a dormir. Los planetas estaban en línea y las yeguas se querían comer a los leones. La noche vestía pañales. Ya no se podía pedir nada mas. El dueño de la pelota repartió las percantas. Dos rubias y una morocha para voz. Una colorada y dos tostadas para voz. En lo mejor de la repartija Pancho Dotto se colgó de la bocina y el cielo se nos vino a bajo. El micro sacó el punto muerto y las ruedas se empezaron a mover. Las chicas que hacían cola para tocar al gaucho corrieron desesperadamente por la ruta hasta perderse en la oscuridad del horizonte.
Solos en la madrugada, y con cara de poker, quedamos a la orilla de la Vaca Loca escuchando las carcajadas del destino que ya se estaba yendo a dormir. Taciturno montamos el sulki y reanudamos la marcha. - Fotos con el gaucho, fotos con el gaucho !!! . . . rompió el silencio y las risas mataron el mal momento. Cuando llegamos al campo dormía hasta el batuque. Sigilosamente me metí en el sobre calentito mientras en mi cabeza los ratones se empezaban a enfiestar con la Zámolo.
Seguidamente comparto con todos ustedes los documentos fehacientes que demuestran que aquella noche nunca existió !!!